¿Alguna vez te has preguntado por qué los pozos tradicionales de Arroyo de la Luz (Cáceres) tienen ese gran tamaño y planta cuadrada? Pues como todo tiene una explicación. A lo largo de nuestras rutas hemos documentado una gran cantidad de estos elementos tradicionales en muchos puntos de los alrededores de Cáceres y a medida que llevamos a cabo este trabajo de cartografía y fotografiado para su estudio nos hemos ido dando cuenta que, salvo algunas excepciones, la mayoría de los brocales son de planta circular exceptuando en la localidad de Arroyo de la Luz donde además de esta planta presentan un gran tamaño tanto en anchura como en profundidad.
De manera general todo ello tiene que ver con la localización de la propia población y el terreno sobre el que se halla a orillas del Rio Pontones con importantes reservas hídricas a nivel freático y cuyo acceso mediante pozos ha solventado en cierta manera el frecuente problema de Extremadura de los frecuentes periodos de escasez de precipitaciones; causa de importantes hambrunas a lo largo de la historia de nuestra región.
Desde un punto de vista de la geología, según la consulta a la hoja 703 del Mapa Geológico de España (Fuente: Instituto Geológico y Minero de España) en el subsuelo de Arroyo de la Luz existen grandes reservas hídricas en forma de acuíferos cuyas aguas, gracias a los grandes volúmenes de materiales de diferentes grosores y texturas que atraviesan (arenas, gravas, limos…) se filtran a través de los diferentes estratos que forman el terreno natural mantenido de esta forma el mismo nivel freático que el rio Pontones y libres de impurezas, sobre todo durante estos largos periodos de estiaje cuando las aguas del rio bajan considerablemente su caudal y se convierten en potenciales focos de infecciones; y gracias a su gran profundidad y el terreno en el que se excavan, los pozos aunque el nivel freático se halla mas bajo, las aguas siguen manteniendo niveles similares de calidad puesto que siguen atravesando los mismos estratos que retienen las impurezas y albergan las bacterias encargadas de procesar los productos químicos orgánicos que las contaminan, en un doble proceso de filtración físico-biológico. De esta manera, con un mínimo de mantenimiento estos profundos pozos abastecen a la población en buenas condiciones higiénicas independientemente del estado en que se encuentren las que discurren superficialmente por el lecho del rio.
Por su parte, durante los periodos de mayores precipitaciones, el nivel freático se halla muy alto. Este hecho no mejora considerablemente la calidad del agua, pero el proceso de filtración que acabamos de describir si evita que los recipientes que antaño se usaban para extraer el agua se ensuciasen con los limos. No obstante, que este nivel freático se hallara tan alto si que suponía un autentico peligro para las personas por lo que los brocales cuadrados que hoy vemos en Arroyo de la Luz estaban destinados tanto a facilitar el acceso a las aguas freáticas cuando sea necesario, como para proteger la estructura del pozo frente a las crecidas en estos periodos de abundantes lluvias sobre todo en aquellos que se hallan mas próximos al cauce del Pontones.
ARQUEOGESTION. Teodoro Fondón Ramos. Arqueología y Gestión Turística 