Departamento de Arqueología

¿Qué es y qué no es la Arqueología? En palabas de Carl-Axel Moberg[1] la arqueología no es una disciplina técnica, instrumento de… no constituye de ninguna manera una “ciencia de la pala” y en ella los instrumentos cuentan menos que el cerebro, como en las otras ciencias. No es tampoco una “investigación de los objetos”. La arqueología no es una recolección de antigüedades, sino de conocimientos, de hechos relevantes de la inteligencia. Tampoco tiende a definir una “cultura material” cualquiera, porque la noción de cultura implica ya hablar de algo inmaterial. A decir verdad, las preguntas a las que desea responder el arqueólogo conciernen exactamente a lo inmaterial.

¿Para qué sirve la Arqueología[2]? Producir conocimiento histórico de todas las sociedades pretéritas, de todos sus miembros, de toda su experiencia histórica; que constantemente extiende sus niveles de comprensión y explicación. Vigilancia atenta y crítica de cómo los conocimientos producidos se utilizan por el propio colectivo arqueológico y por todos los agentes no-expertos como los poderes políticos y los medios de comunicación. Y finalmente, proteger, conservar y presentar el pasado material, la memoria material de la historia humana.

Precisamente, es en el tercero de los usos de la arqueología donde los profesionales de nuestro trabajo desarrollan su actividad; tanto en lo que se refiere a la investigación como en la llamada arqueología preventiva y en ocasiones de urgencia. En ambos tipos de arqueología se desarrolla un proceso que al fin y al cabo nos lleva de nuevo a la principal función de la profesión del arqueólogo, la producción del conocimiento histórico de las sociedades antiguas a través del estudio de la cultura material.

Prospecciones Arqueológicas

El primer paso para elaborar un proyecto tanto de investigación como de arqueología preventiva es la prospección arqueológica cuyo objetivo es, además del estudio del entorno de los yacimientos y su paisaje, la detección de yacimientos dentro de una zona o bien delimitar un yacimiento concreto e incluso diferenciar zonas dentro de él. Para ello, existen una multitud de manera de llevarlas a cabo; el más común es la prospección superficial que, como es lógico parte de un previo trabajo de consulta de fuentes documentales o solicitud de la carta arqueológica de la zona (en el caso de Extremadura a la Conserjería de Cultura de la Junta).

Una vez llevado a cabo el trabajo de consulta de fuentes o de la carta arqueológica, se delimita la zona en la que se va a trabajar, y se disponen los recursos necesarios para su ejecución. Hecho esto, se pasa a una segunda fase o trabajo de campo, y ello se lleva a cabo de una manera distinta en función de las características del territorio, aunque el sistema de prospección más utilizado se basa en la realización de un sistema de red o de una serie de recorridos equidistantes, dividiéndose el área en una serie de sectores que se recorren sistemáticamente, con lo que ningún área queda subrepresentada y además se logra la localización exacta de los hallazgos que se documentan mediante fotografía y coordenadas UTM. Una vez finalizado el trabajo de campo se elabora un informe técnico con los resultados del trabajo de campo.

Por su parte, en Arqueología y Gestión Turística, además de ser arqueólogos también somos pilotos RPAS (drones) y operadores autorizados por AESA, el cual nos permite, además de prospecciones arqueológicas extensivas a nivel superficial sobre el terreno, también podemos gracias a nuestro Dron DJI Mavic Air 2 llevar a cabo prospecciones mediante reconocimiento aéreo en donde se lleva a cabo la toma de fotografías desde el aire y la posterior interpretación de éstas, así como trasladar la información tomada a un mapa de la zona con las medidas y la localización exacta de los hallazgos.

Documentación de Yacimiento Arqueológico con Dron DJI Mavic Air 2

Una vez llevada a cabo la prospección arqueológica, y de acuerdo a los resultados de esta (si es positiva) se delimita la zona y se procede a hacer sondeos arqueológicos con la finalidad de contrastar la existencia de un posible yacimiento arqueológico, delimitar su área de extensión y conocer su estratigrafía.

En este punto la arqueología se “bifurca”, es decir, si la prospección arqueológica se llevó a cabo por petición de una promotora para obras de algún tipo, y la prospección dio positiva lo más normal es que si los restos se hallan dentro del área de obras se hagan estos sondeos y se excaven, para después proceder a un desmonte de los mismos. Pero si los restos (ya sean hallados en prospección o se encuentren situados en Carta Arqueológica) se hallan en la cercanía, la autoridad competente determinará que se hallan en una zona sensible y pedirá el Control y Seguimiento Arqueológico de Obras.

Control y Seguimiento Arqueológico de Obras

Es habitual que, al amparo de la legislación vigente en materia de Patrimonio cultural y en aquellas zonas que cuentan con algún grado de protección, se prescriba la realización de seguimientos arqueológicos en obra como medida preventiva ante la posible aparición de bienes culturales, arqueológicos o paleontológicos no detectados en las fases de estudio previo, así como para evitar afecciones en los bienes ya conocidos de antemano. Para cumplir con este requisito, el promotor debe contratar los servicios de una empresa de Arqueología que será la encargada de gestionar todo lo relativo a este tipo de trabajo, desde la redacción del proyecto de actuación para obtener el permiso, hasta la ejecución de los protocolos de control en el transcurso de las obras y el preceptivo informe final.

Excavación Arqueológica

Tanto si la prospección tuvo como objeto la investigación como la arqueología preventiva o de urgencia, el siguiente paso al sondeo arqueológico es la excavación; es decir, actuar sobre un terreno determinado para buscar vestigios y pruebas de etapas históricas pasadas para su estudio. Gracias a ella podemos conocer más la evolución del hombre y de la sociedad. Es un trabajo que debe ser realizado siguiendo una metodología y documentando cada paso. Solo así se podrá reconstruir la historia en ese mismo lugar en un determinado momento.

Una vez tenemos documentada la zona se empieza el proceso de excavación propiamente dicho. Este proceso debe ser cuidadoso, ordenado y sistemático. Hay que estar concentrado y con todos los sentidos alerta para interpretar los elementos que vayan apareciendo y para perder la menor información posible. Durante la excavación hay que documentar cada uno de los objetos encontrados. Todos los elementos aportan información sobre su momento histórico y en su conjunto confieren una visión completa del área estudiada mediante la excavación. Es necesario anotar una descripción, su localización, las dimensiones e incluir fotografías. Además, los materiales deben guardarse garantizando su correcta conservación y bien identificado. Tras el trabajo de campo hay que analizar los objetos encontrados. En el laboratorio se limpian los objetos, se procesan y se analizan. Así se completa la documentación y el registro.

Algo muy importante que desde Arqueología y Gestión Turística creemos que ha revolucionado nuestra profesión es el avance de las nuevas tecnologías aplicado al mundo arqueológico agilizando el proceso y simplificando el trabajo de campo, tanto la documentación como la gestión de la información obtenida. De esta manera, en Arqueología y Gestión Turística, a pesar de ser un blog cuyo objetivo es la divulgación histórica y arqueológica, desarrollamos también (aunque sea para otras empresas) nuestra actividad como arqueólogos profesionales con una ya más que avanzada trayectoria, nos hemos reinventado y utilizamos nuestros conocimientos en:

  • Planimetría (2D y 3D con Autocad) y ortofotografía (Con Dron)
  • Escaneado y modelado 3D (Con Dron).
  • Dibujo Arqueológico (Autocad) y Modelado 3D de Cerámicas (Blender)
  • Reconstrucción o Recreación de elementos arqueológicos con Blender

BIBLIOGRAFIA


[1] MOBERG, C.A. “Introducción a la Arqueología”, Cátedra, Historia, Serie Menor. Madrid, 1987, pág. 56.

[2] RUIZ ZAPATERO, G. “Arqueología: abrir ojos más grandes” Universidad Complutense de Madrid.