Cristóbal Colón, el Nuevo Mundo y los Primeros Bautismos de Indios en Extremadura

Cuando nos paseamos por los inmensos Conjuntos Monumentales y las Ciudades Patrimonio de la Humanidad en Extremadura nos quedamos maravillados con esas inmensas construcciones, pero la mayoría de la gente desconoce hasta que lo lee que esas construcciones fueron financiadas con inmensas fortunas hechas en tierras americanas; Extremadura sabemos que es tierra de descubrimientos y de conquistadores, y que todo comenzó con ese gran descubrimiento que llevó a cabo Cristóbal Colón en 1492, el Nuevo Mundo como lo llamaron los españoles.

Sabemos que a partir de esa fecha se llevó a cabo un proceso de cristianización y conquista de esos territorios, y que a la Península Ibérica llegaron ingentes cantidades de oro y plata, pero también personas. Este es el caso de los Indios que Cristóbal Colón trajo a España al regreso de su segundo viaje en 1496 con el objetivo de usarlos como traductores para sus siguientes viajes al Nuevo Mundo, y para ello los bautizó y cristianizó, llamándolos Cristóbal y Pedro; y ese proceso tuvo lugar en Extremadura, y más en concreto en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, en plena comarca de las Villuercas, que es y era entonces un gran centro de peregrinación y centro de la Hispanidad.

Sabemos que estos indios habían venido con Colón en su primer viaje, al menos en la Pinta, y que al desembarcar en Baiona (Pontevedra) algunos de ellos fueron enterrados al pie del Monte Real, donde se haya emplazado el parador actual de Baiona. Pero colón no desembarcó en la villa del sur de Pontevedra, sino que se había dirigido en el otro barco, la Niña, no hacia Galicia sino hacia Lisboa, a través de la tormenta. Todo ello con el fin de no atracar en Baiona…

Ésta villa pertenecía a las antiguas posesiones de Pedro Madruga (alias de Cristóbal Colón), donde éste podría ser fácilmente reconocido por sus antiguos vasallos, y dado que estaba oficialmente muerto (tras su acuerdo con los Reyes Católicos), Colón no podía romper ese pacto, o podía perder  todo lo acordado en Santa Fe. Eso era precisamente, lo que le obligaba a navegar hacia Lisboa, en plena tormenta, donde  atracó con el barco casi desguazado.

Colón llevaba ya indios en ese primer viaje de vuelta, como testimonio de primera mano de su descubrimiento, y tenía interés por convertirlos en traductores de sus futuros viajes, y también los enseñaba junto a animales exóticos, oro y productos de aquellas lejanas tierras a los reyes y nobles que acudían en tropel a recibirle, tanto en Portugal como en España. Estos primeros indios que trajo (de los que poco se sabe) fueron cristianizados en Barcelona, y brindados allí a los reyes católicos. Sin embargo, a la vuelta de su segundo viaje, en Junio de 1496, Colón traería consigo a dos indios más para convertirlos en traductores, y los bautizó en el monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Aquí tenemos otra prueba más de la identidad del noble gallego, pues en su bautizo al catolicismo les impuso el nombre de Cristóbal y Pedro casualmente, los mismos nombres de Pedro Madruga y su alter ego, Cristóbal Colón.

Guadalupe, además de ser en la época uno de los mayores centros de peregrinación y de culto de la Virgen de Guadalupe, Patrona de la Hispanidad, es en la actualidad uno de los monasterios más bonitos e impactantes de España, y donde el asunto del bautismo de los indígenas de Colón se considera uno de los asuntos históricos más relevantes y donde incluso se conserva el acta de bautismo. Pero esto de que algunos contemporáneos (como Lucio Marineo Sículo) le llamen Pedro Colón, o que imponga también este mismo nombre a sus indios, es algo de lo que la historia oficial no se hace demasiado eco…

Sin embargo, debiera resultar sumamente curioso, y muy significativo, que hasta los indios que bautiza el descubridor lleven el mismo nombre de Colón y Madruga: “El almirante Cristóbal Colón estuvo muy ligado a los Reyes Católicos y por ello, tuvo presencia en Guadalupe en cuatro ocasiones con motivo de su empresa de la conquista de América: El 21 de abril de 1486; los días 5 y 6 de abril de 1486; en 1493 tras su logro del primer viaje, y en 1496 tras su segundo viaje trayendo consigo dos indios, Cristóbal y Pedro, que fueron bautizados en la pila que hoy se encuentra en la fuente de la plaza de Santa María”.

 En efecto, en el exterior de la basílica, en el centro de la plaza se halla la antigua pila bautismal que sirvió al acto, y muy cerca una representación en forma de lápida conmemorativa colocada no hace muchos años para recordar este hecho notable. El libro primero de bautismos recoge este hecho diciendo así: “Viernes XXIX deste mismo mes se baptizaron Xristoval e Pedro, criados del sennor almirante don Xristoval Colón. Fueron sus padrinos: de Xristoval, Antonio de Torres e Andrés Blasques. De Pedro fueron padrinos el sennor Coronel e sennor comendador Varela, e baptizolos Lorenço Fernández, capellán”. Era el  29 de Julio de 1496, viernes y los recién bautizados eran criados del Almirante D. Cristóbal Colón. Habitualmente se les solía imponer el nombre de su propietario, hecho que se produjo en más ocasiones con otros propietarios de indios.

Pero, ¿qué tenía Colón con Guadalupe? No se sabe con certeza, quizá sólo su enorme belleza monumental; el caso es que ya antes del bautizo, Guadalupe era lugar colombino de referencia. De hecho, en el monasterio está enterrado el rey Enrique IV, padre de la joven Juana la Beltraneja, y el mismo monasterio jerónimo se había posicionado a favor de ella contra Isabel de Castilla igual que Pedro Madruga hiciera en Galicia. El caso es que Madruga y la villa de Guadalupe eran pro-La Beltraneja, o Beltranica, como era conocida entonces. Esto ya les une, antes de cambiar de identidad. E Isabel la Católica, como el mismo Colón, posteriormente también lo convertiría en uno de sus lugares preferidos. De hecho Colón  le daría ese nombre a una de islas de las Antillas, como se comprometió allí mismo.

El descubridor  había visitado este monasterio varias veces antes, e incluso se había ofrecido a ir allí en peregrinación, mediante un voto en alta mar, si se salvaba del naufragio durante el primer viaje. Así fue, y Colón lo testimonió en su Diario de a bordo, retornando posteriormente a Guadalupe a dar gracias. El historiador Juan Manzano menciona tres visitas seguras  de Colón a Guadalupe: 1486, 1493 y 1496. Consuelo Varela cita también que realizó de tres a cinco visitas, pero es probable que fuesen más a nuestro juicio, aunque bajo su otra personalidad: Pedro Álvarez de Soutomaior. Sería interesante investigar este punto entre las andanzas del conde rebelde a Castilla, que era a su vez uno de los mejor informados dentro de la corte portuguesa.

Vía| Carlos de Vilanova “El bautizo de los indios Cristóbal y Pedro en Guadalupe”

Documento Original: Los Primeros Bautismos de Indios en Extremadura

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