Casar de Cáceres se sitúa al norte de la capital cacereña. Es una de las poblaciones con más riqueza histórica ya que desde antiguo es punto obligado, tanto de transito como de parada, ya que por ella circula la Vía Romana de la Plata cruzando la misma población y, ya en época medieval, esta se convierte en la ruta de peregrinación o Camino de Santiago utilizado por los peregrinos que iban a la sepultura del Apóstol. Es por ello que en Casar de Cáceres vamos a encontrar también interesantes ejemplos de arquitectura religiosa; en total posee siete ermitas, cuatro de ellas curiosamente situadas en cada uno de los cuatro puntos cardinales, y las tres restantes diseminadas por el territorio casareño, y que responden a un modelo de arquitectura popular, aunque bien es cierto que han sido muy reformadas a lo largo de la historia.

No obstante, si hemos de destacar un indicador de esa Vía Romana y Camino de Peregrinación es sin duda la Ermita de Santiago. Hecho que corrobora no solo el nombre de la misma ermita sino su pasado de origen romano con la presencia de algunos vestigios de carácter arqueológico en la zona como miliarios; de hecho es bien sabido que se asocia Casar de Cáceres con una de las Mansio mencionadas en el Itinerario de Antonino, Turmulus; la vía pasaría en dirección Norte por el Ejido de Casar de Cáceres hacia la Ermita de Santiago y por el llamado “Camino de las Barcas” alcanzaría dicha Mansio que se situaría a tan solo XX M.P de Castra Cecilia, en el Vado de Alconétar. Por su parte, tampoco hay que olvidar el pasado trashumante de la población, y dicha ermita se ubicaría en la Cañada Real “La Soriana Occidental” y esta serviría de antiguo lugar de parada y albergue de peregrinos.

En lo que se refiere a la propia ermita responde como todas las del Casar de Cáceres a un modelo constructivo de arquitectura popular aunque se fecha a finales del siglo XV y como todas posteriormente sufre remodelaciones a lo largo del tiempo. Su estructura no se hace muy compleja, presenta una sola nave ejecutada de sillería, mampostería y sillarejo. En el siglo XVIII se lleva a cabo una remodelación y se le añade la cabecera. No obstante, como consecuencia del constante devenir histórico, la ermita llega al siglo XX gran parte derruida por lo que en 1963 se procede a su reconstrucción pero en la que se eliminan gran parte de sus elementos originales que aún se pueden ver gracias a la maqueta que se guarda en su interior.

Por su parte es una ermita que a pesar del constante devenir de la historia sobre su estructura aún conserva importantes muestras de imaginería del siglo XVIII tal como la Imagen de Santiago Apóstol a caballo en el presbiterio de la ermita o la Imagen de Jesús Niño; aunque también hay otras imágenes posteriores, más contemporáneas, del siglo XX como un San Miguel Arcángel en su versión dramática combatiendo al diablo, en el lado de la Epístola y, al otro lado, en el muro del Evangelio una Virgen fechada hacia 1950.  No obstante, no podríamos acabar con este pequeño trabajo sobre esta ermita si no nos refiriéramos a la desafortunada restauración que sufre la capilla mayor de esta ermita en 2008 en la cual no se han conservado ninguna de las pinturas al fresco que decoraban totalmente los muros, cúpula y pechinas del presbiterio, y  los restauradores se limitaron a encalar todo el espacio decorándolo simplemente con los anagramas, en dos óvalos situados en las pechinas, con la Cruz de Santiago o JHS (Jesús Hominum Salvator) con el corazón sangrante; sin duda alguna otro de los muchos crímenes que ha sufrido nuestro patrimonio extremeño.

Fuente

RAMOS RUBIO, J.A., DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, O. “Ermitas y Oratorios de Cáceres”.

UTM: ETRS89 29N 721766/4382711

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