Villena,un espacio diferente para la Historia

Hoy quiero empezar este artículo para Arqueogestión dando las gracias a Teodoro Fondón por la magnífica reseña que ha realizado sobre la novela La premonición de Safeyce de la que soy autora. Después de cuatro años dedicados a la investigación para poder novelar una historia de ficción, dentro de un escenario verosímil y evitando en todo caso los elementos anacrónicos, me gustaría destacar la emoción que he sentido cuando Teodoro ha relacionado los diferentes puntos de la novela con artículos científicos que, de alguna manera, corroboran la veracidad del escenario y del tiempo en el que se desarrolla la trama. Han sido cuatro años en los que los personajes de ficción han merodeado por mi vida, de noche y de día, proponiéndome escenas, sugiriéndome paisajes, e incluso he experimentado la aparición de algún personaje emblemático al que ni siquiera esperaba.

¿Y todo esto para qué? ¿Hacía falta que mis personajes caminaran por las sendas de la Edad del Bronce? Pues sí, porque mi intención ha sido acercar a los lectores ajenos a la Arqueología a este tiempo apasionante, para que conocieran  sus poblados, sus tesoros, sus formas de vida. Y no solo para los ajenos a la Arqueología, y en esta reseña tenemos la prueba… Qué mejor reconocimiento que el de un arqueólogo que hace cada mes un hueco en su blog para que pueda compartir la magia de esta aventura literaria. La novela nos acerca a un tiempo pretérito muy concreto y definido y el experto en Arqueología no se va a sentir defraudado. Como hace unos días me decía un amigo arqueólogo, “¡no das puntada sin hilo!”, y cada frase, cada texto, cada capítulo, tiene un artículo científico detrás que guía el argumento, pero que nadie olvide que una novela es una historia de ficción.Gracias, Teodoro.

¿QUÉ TENÍA VILLENA QUE NO TENÍAN OTROS  LUGARES?

El descubrimiento del Tesoro de Villena implicó, casi inmediatamente, su relación con el poblado de Cabezo Redondo, aunque el Tesoro apareció descontextualizado. La cercanía entre el hallazgo y el yacimiento (unos siete kilómetros), la tipología argárica de la vasija, la decoración de algunos cuencos de oro y las similitudes con el Tesorillo de Cabezo Redondo (hallado unos meses antes), permitieron esta relación sin ningún género de dudas.

Sin embargo, y viendo las características del poblado de Cabezo Redondo, cualquier persona interesada en el tema se preguntaría, como yo lo hice, qué tenía este poblado de especial para acumular una cantidad de oro tan importante. No olvidemos que este Tesoro, hallado en una rambla, un lugar recóndito, se relaciona con los tesoros de Micenas. Y en este sentido, a menudo he escuchado y leído cosas increíbles como que el de Villena es “el segundo tesoro de la Edad del Bronce después de los tesoros de las Tumbas principescas de Micenas”. Me sorprendía la denominación de “segundo tesoro” y me preguntaba ¿en base a qué? ¿No se trata de piezas singulares que, por sí, ya son únicas e imposibles de catalogar en un orden establecido? Sin duda, la respuesta a estas inquietantes preguntas me las dio, cómo no, la investigación. Y entonces descubrí un artículo (al final del texto comparto la bibliografía referida) que me aclaró de dónde venía esta denominación de “segundo tesoro”. En realidad se trata de un error, ya que el autor del artículo, A. Mederos, habla de que el de Villena es “la segunda vajilla en número de piezas, después de las Tumbas de Micenas”, y no el “segundo tesoro”.

Retomando el comienzo de este artículo, y teniendo en cuenta que se considera que el Tesoro de Villena procedía de Cabezo Redondo me cuestioné algo básico: ¿Qué tenían este poblado y sus líderespara haber conseguido acumular un tesoro comparable con los ricos ajuares micénicos? ¿Qué no tenían los pueblos de su entorno más próximo o más lejano? ¿Qué hizo destacar a Cabezo Redondo con respecto a todos los demás? ¿Materias primas difíciles de conseguir?, ¿líderes políticos persuasivos?, ¿excelente ubicación?,  ¿podríamos lanzar la hipótesis de que el Tesoro llegara por alguna ruta marítima o terrestre desde un lugar lejano? Cincuenta y cinco años después del hallazgo siguen habiendo muchas incógnitas al respecto.

Sin embargo, hay elementos que pudieron hacer de Cabezo Redondo (BeyazDünya en la novela) un lugar especialmente rico y atractivo. Es posible que nuestra mente y pensamiento del siglo XXI nos impida darle la importancia real a estas riquezas, ya que hoy en día estas no tienen el valor que debieron tener entonces.

La riqueza de este poblado se basaba en:

  • La explotación ganadera (sobre todo de ovejas y cabras).
  • Abundante agua con la laguna (desecada en 1803).
  • Riqueza faunística.
  • Situación estratégica.
  • Abundante sal (explotaciones que hoy siguen en activo).
  • Posible río aurífero en la zona (no confirmado hasta la fecha).

¿Fueron estos los factores que hicieron posible la acumulación de un tesoro de 9 kilos de oro y cerca de 650 gr de plata? Hoy todavía no tenemos una respuesta contundente a esta pregunta. Seguiremos esperando con ansia las investigaciones arqueológicas para despejar estas y otras dudas. En un próximo artículo hablaré de un tema apasionante: La sal en la Prehistoria. Pero será ya otro año. Aprovecho estas líneas y la amabilidad de Teodoro para desear a todos los lectores una FELIZ NAVIDAD.

Gracias por leer.

 

Artículo referido: «LA METAMORFOSIS DE VILLENA.COMERCIO DE ORO, ESTAÑO Y SALDURANTE EL BRONCE FINAL IENTRE EL ATLÁNTICOY EL MEDITERRÁNEO (1625-1300 AC)», de Alfredo Mederos.

Fuente| María Rosario Mondéjar, colaboradora de Arqueogestión: Arqueología y Gestión Turística y Autora de la Novela histórica La premonición de Safeyce

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