Cuando nos referimos a las Corchuelas hoy vemos un territorio en parte urbanizado, pero no siempre fue así; cuando yo era niño solía pasear con mi abuelo por la zona y las Corchuelas aún conservaban esa esencia agrícola que tuvo desde antaño con su característico olivar en los alrededores de la Casa, hoy profundamente reformada. Por aquel entonces para mí, como niño que era, la casa de las Corchuelas significaba un solitario caserón en medio del campo, pero ya para mí guardaba un halo de misterio y despertaba curiosidad en mí. Hoy ya como historiador, además del recuerdo de aquellos largos paseos, puedo darle su justo valor patrimonial, pero también hablar de esas solitarias estructuras que se hallan muy cerca de ese histórico olivar del cual ya Boxoyo nos da referencias en el siglo XVIII.
Hoy ya como historiador y arqueólogo, esas solitarias ruinas ya no son lo que un niño de apenas ocho o diez años, con ansias de conocer y explorar ve a través de sus ojos; ya desde el conocimiento esas solitarias y olvidadas ruinas son elementos etnográficos testigos directos de ese pasado agrícola, tan importante, del cual Boxoyo nos habla en sus Noticias:
“La Casa de campo llamada Corchuela dista media legua de Cáceres; bajo de muro de mucha extensión está un Coto con Real Privilegio; es propio de los Cavalleros Golfines de esta Villa; tiene huerta, olivares, charcas con pesca, conejos, y una hermosa arboleda de Almendros y acebuches; de estos últimos se ingieren todos los años mucho numero de olivos, varios espinos en perales que con un dilatado plantio de buenas parras, será dentro de pocos años una posesión mui útil y deliciosa; tiene una buena casa con capilla publica”.
Es evidente que estos elementos son totalmente posteriores a las palabras del cronista, pero de una forma u otra son testigos de la vida agrícola y ganadera, del pasado de la finca de Las Corchuelas, donde tantas veces he desarrollado mis juegos cuando era un niño y tantas tardes he visitado de la mano de mi abuelo en esos largos paseos que, a veces con nostalgia me gusta traer a mi recuerdo, y hoy comparto con mis lectores. Esos elementos etnográficos son tres grandes zahúrdas (llamadas popularmente “corralás”), las cuales en general se encuentran muy dañadas por el paso del tiempo, pero en alguna de ellas aún se conservan las estancias donde se encerraba el ganado porcino con sus pequeñas puertas de apenas 20 o 30 cm de alto y el típico comedero de piedra en medio de la corralada; y dos casas donde, según el relato de mi abuelo, vivían los porqueros con sus respectivas familias. Estas construcciones se hacen, como en todos los lugares, con el material que tenemos en el entorno.
Fuente
BENITO BOXOYO, S. “Noticias Históricas de Cáceres y Monumentos de la antigüedad que conserva. Cáceres, 1794” en Noticias Históricas de Cáceres y Monumentos de la antigüedad que conserva, Enrique Cerrillo Martín de Cáceres (ED.). Cáceres, 2009
Coordenadas UTM: ETRS89 29N 723057/ 4369118
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Arqueología y Gestión Turística
Arqueología y Gestión Turística es un proyecto innovador y creativo, un auténtico binomio, impulsado por mí mismo, Teodoro Fondón Ramos. Y se trata de un binomio porque, por un lado, pretende la divulgación del Patrimonio Histórico, Arqueológico y Cultural, tanto a nivel científico como a nivel más social; y por otro lado, la divulgación del turismo por Extremadura.
Mi nombre es Teodoro Fondón Ramos, Arqueólogo Graduado por la Universidad de Extremadura y Colegiado (Nº 47755) por el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y Ciencias de la Comunidad de Madrid, y por supuesto el CEO de Arqueogestión. Arqueología y Gestión Turística, un proyecto innovador, creativo, y binomial que aúna los dos campos profesionales en los que tengo una gran experiencia: Investigación Histórica y Arqueológica, y por supuesto, el Turismo.
Respecto al campo de la Arqueología y la Investigación puedo decir que he participado en algunas intervenciones arqueológicas, sobre todo en Mérida para el Consorcio Arqueológico y Monumental de la capital emeritense, como puede ser la excavación del llamado “Pozo del Peristilo del Teatro Romano” durante dos campañas (2014 y 2015); y más recientemente (2017) entre el 1 y el 15 de Septiembre en las excavaciones arqueológicas en la Cueva de Santa Ana (Cáceres) de la mano del equipo de Primeros Pobladores de Extremadura y dirigida por D. Antoni Canals Salomó, investigador del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social. Pero mi espíritu erudito, que nunca se sacia de conocimiento, me ha llevado a colaborar con importantes comunidades “Crowlearning” como queaprendemoshoy.com, la mayor comunidad de Crowlearning en español del mundo, donde comencé siendo redactor, y hoy he llegado a ser editor en la sección de Historia, y donde coordino un nutrido equipo de profesionales.
Además soy consciente de que cada vez más la arqueología se encamina al trabajo con nuevas tecnologías, y es por ello que en cierta forma me especialicé en trabajo con herramientas informáticas aplicadas al campo arqueológico (planos y mapas con AUTOCAD, dibujo arqueológico, SIG,…).
No obstante, mi amplia formación no se restringe a la arqueología, sino que también estudié turismo; campo en el que también poseo una amplia experiencia sobre todo con turistas de tipo cultural como gestor turístico en las oficinas y centros de interpretación municipales del Ayuntamiento de Cáceres, Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Toda esta trayectoria, de formación continua y de nuevos proyectos, me ha llevado a desarrollarme profesionalmente en una empresa extremeña de turismo, Extremadura Business Class, en calidad de Técnico de Turismo. No obstante, mi trayectoria profesional no se ha quedado ahí, y tras el cese de esta última empresa abrí este blog para promocionar mis dos grandes pasiones: la investigación histórica y arqueológica, y por supuesto el turismo.
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