Los molinos son otro tipo de elemento etnográfico que encontramos por los campos de Extremadura, generalmente cerca del agua; y cuya definición es: artefacto o máquina que se utiliza para moler, recibiendo ese mismo nombre el edificio en que funciona. También se los nombra con el nombre del producto que se obtiene en ellos, así tenemos molinos de harina o harineros, molinos de aceite o almazaras, molinos de chocolate, molinos de casca y otros.
El molino constituyó tradicionalmente un elemento destacado de la economía rural, cuya propiedad correspondía, de ordinario, a los señores de los territorios, la Iglesia, el Concejo,…y solían cobrar fuertes tributos por su utilización, derechos de molienda. Desde época medieval, la instalación, funcionamiento, precios y otros aspectos relacionados con los molinos, fueron objeto de minuciosa regulación por parte de ordenamientos jurídicos municipales, como es el caso que nos ocupa, y reales en otras ocasiones, dificultando frecuentemente su posesión por parte de los particulares.
Con el transcurrir de los siglos, el molino se arrendaba a un molinero, el colono, según la mejor puja que hiciera y por un periodo de tiempo establecido generalmente en cuatro años, pagando el arrendamiento en fanegas de trigo en dos veces, coincidentes con las dos cosechas que se obtenían por estas tierras, en los meses de enero y junio. La propiedad y los derechos de molienda podían pertenecer a un único señor o estar repartidos entre varios, los particioneros, según las partes que tuvieran así cobraban el arriendo.
En el caso que nos ocupa se trata de un molino harinero junto a la presa de la charca del conocido como “Barrueco de Arriba” formada por el embalsamiento de las aguas procedentes del Arroyo Tocón. Este molino está datado en el siglo XVIII y en él, al igual que en otros similares, se molturaban cereales (trigo, centeno, cebada, maíz,…etc.) para la obtención de harina, fundamentalmente para la fabricación de pan, utilizándose los subproductos para alimento del ganado; en los últimos tiempos que éstos funcionaron la molienda de cereales también se empleaba para fabricar piensos para las bestias. Por su parte, este sería un claro ejemplo de molino hidráulico en rodezno ya que su fuerza motriz procedía de la citada corriente de agua embalsada y canalizada por distintos canales que movía una rueda, y a su vez esta rueda movía el sistema de piedras molederas que molturaban el cereal.
Los molinos harineros entraron en decadencia tras la Revolución Industrial y desaparecen definitivamente tras un decreto ministerial para todo el Estado español en torno a 1950.
Fuente| MARTÍN BORREGUERO, J.C., JIMÉNEZ BERROCAL, F., y FLORES ALCÁNTARA, A.P. “Los molinos harineros” en La cacereña ribera del Marco, Cáceres, 2008.
Coordenada UTM: ETRS89 29N 716055/4367048
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Arqueología y Gestión Turística
Arqueología y Gestión Turística es un proyecto innovador y creativo, un auténtico binomio, impulsado por mí mismo, Teodoro Fondón Ramos. Y se trata de un binomio porque, por un lado, pretende la divulgación del Patrimonio Histórico, Arqueológico y Cultural, tanto a nivel científico como a nivel más social; y por otro lado, la divulgación del turismo por Extremadura.
Mi nombre es Teodoro Fondón Ramos, Arqueólogo Graduado por la Universidad de Extremadura y Colegiado (Nº 47755) por el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y Ciencias de la Comunidad de Madrid, y por supuesto el CEO de Arqueogestión. Arqueología y Gestión Turística, un proyecto innovador, creativo, y binomial que aúna los dos campos profesionales en los que tengo una gran experiencia: Investigación Histórica y Arqueológica, y por supuesto, el Turismo.
Respecto al campo de la Arqueología y la Investigación puedo decir que he participado en algunas intervenciones arqueológicas, sobre todo en Mérida para el Consorcio Arqueológico y Monumental de la capital emeritense, como puede ser la excavación del llamado “Pozo del Peristilo del Teatro Romano” durante dos campañas (2014 y 2015); y más recientemente (2017) entre el 1 y el 15 de Septiembre en las excavaciones arqueológicas en la Cueva de Santa Ana (Cáceres) de la mano del equipo de Primeros Pobladores de Extremadura y dirigida por D. Antoni Canals Salomó, investigador del Institut Catalá de Paleoecología Humana i Evolució Social. Pero mi espíritu erudito, que nunca se sacia de conocimiento, me ha llevado a colaborar con importantes comunidades “Crowlearning” como queaprendemoshoy.com, la mayor comunidad de Crowlearning en español del mundo, donde comencé siendo redactor, y hoy he llegado a ser editor en la sección de Historia, y donde coordino un nutrido equipo de profesionales.
Además soy consciente de que cada vez más la arqueología se encamina al trabajo con nuevas tecnologías, y es por ello que en cierta forma me especialicé en trabajo con herramientas informáticas aplicadas al campo arqueológico (planos y mapas con AUTOCAD, dibujo arqueológico, SIG,…).
No obstante, mi amplia formación no se restringe a la arqueología, sino que también estudié turismo; campo en el que también poseo una amplia experiencia sobre todo con turistas de tipo cultural como gestor turístico en las oficinas y centros de interpretación municipales del Ayuntamiento de Cáceres, Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Toda esta trayectoria, de formación continua y de nuevos proyectos, me ha llevado a desarrollarme profesionalmente en una empresa extremeña de turismo, Extremadura Business Class, en calidad de Técnico de Turismo. No obstante, mi trayectoria profesional no se ha quedado ahí, y tras el cese de esta última empresa abrí este blog para promocionar mis dos grandes pasiones: la investigación histórica y arqueológica, y por supuesto el turismo.
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