Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Arroyo de la luz)

Tal vez la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción sea una de las grandes maravillas arquitectónicas ante las que hemos estado a lo largo de nuestras rutas ya que, tanto su cercanía a Cáceres, como su situación en una ruta que conduce a lugares tan significativos como Brozas y Alcántara, la convierte en un punto de paso obligado para todos aquellos que estamos interesados en temas históricos-artísticos.

El edificio labrado exclusivamente en piedra de cantería se halla exento y ocupa el centro de una amplia plaza siendo éste considerado como uno de los excelentes ejemplo del gótico tardío cuyo arquitecto fue Miguel de Villarroel, que ocupaba el puesto de Maestro Mayor de la Catedral de Coria, siendo el constructor, Rodrigo Alonso.

Sus muros, a pesar de su grosor están rematados con amplios contrafuertes, los cuales pertenecen, si nos ceñimos a la arqueología de su estructura a distintos momentos de construcción de la iglesia siendo los de su cabecera los más antiguos, pero también los de menor tamaño. No obstante, este magnífico edificio está dotado de tres portadas; tanto la portada norte (con sus bellas archivoltas está mejor conservada) como la del sur (o del Sol según consta en los documentos y que tal vez perteneció a otra iglesia anterior) están abiertas con arcos apuntados, aunque sin duda la más interesante es la portada de los pies de la iglesia, la cual se abre con arco de medio punto de estilo Manuelino, muy decorada, resultando un conjunto movido y de líneas finas y bien labradas.

En cuanto al interior del templo, hoy en día una iluminación artificial permite contemplarlo ampliamente ya que apenas existen vanos en sus muros que permitan la entrada de luz exterior. Es un templo de una sola nave con bóvedas de terceletes y estrelladas. Las que más destacan, sin duda, son las de la sacristía, de los maestros Andrés y Rodrigo Alonso bajo la dirección de los arquitectos Luis y Hernando Moreno, y la de la capilla de San Andrés.

Aunque sin duda el mayor tesoro que guarda este templo (entre otros) es el Retablo de Luis de Morales, considerada como obra cumbre de este, siendo esta la mayor colección de obras del autor conservadas en el mismo sitio en el que fueron creadas y convirtiéndose actualmente en una de las joyas del arte retablístico renacentista extremeño.

El Retablo consta de 20 cuadros en tablas realizados por Luis de Morales «El Divino» entre 1560-1563, periodo durante el cual el insigne artista fijó su residencia y taller en Arroyo de la Luz, habilitándole para tal fin, la antigua ermita de San Bartolomé y San Blas. La construcción del Retablo se inicia en 1548 por parte del ensamblador y entallador de Plasencia Alonso Hipólito, quien realiza la arquitectura y escultura de las 28 tallas de nogal que integra. Pedro de Aguirre, pintor y dorador de Plasencia, estofó y dio policromía al retablo (1560-1563). Pero toda la belleza y riqueza ornamental que dio Aguirre al Retablo desapareció al ser dorado de nuevo por el pintor y dorador Francisco González Centeno en 1732, fecha que aparece a la derecha en el ático.

Retablo Luis de Morales
Lámina del Catálogo Monumental de J.R. Mélida donde se muestran fotografías del Retablo de Luis de Morales «Divino Morales» en la Iglesia Parroquial de la Asunción (Arroyo de la Luz)

Fuente| SÁNCHEZ LOMBA, F.M. “La Parroquia de la Asunción en Arroyo de la Luz”

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