Esta ermita o santuario donde recibe culto la Virgen de la Montaña es el lugar más visitado durante todo el año por miles de personas que se dan cita para venerar a la Patrona de Cáceres, y que a lo largo de su historia ha sufrido importantes y numerosas intervenciones.

La ermita o santuario de Ntra. Sra. de la Montaña, está situada en una elevación montañosa desde la que se divisa toda la ciudad. En la explanada se levantó un monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el año 1926 iniciativa del Obispo de Coria don Pedro Segura Sáenz según reza en el rótulo de su pedestal:

“POR INICIATIVA Y COSTEADO POR EL EXCMO. SR. DON PEDRO SEGURA SAENZ OBISPO DE CORIA. SE ERIGIO ESTE MONUMENTO QUE BENDIJO E INAGURO EN UNION DEL DR. SEGURA EL EXCMO. SR. DON FEDERICO TEDECHINI NUNCIO APOSTOLICO DE SU SANTIDAD EN ESPAÑA EL XIV DE NOVIEMBRE DE MCMXXVI DESPUES DE HABER ENTRONIZADO EL SAGRADO CORAZON DE JESUS EN LA DIPUTACION PROVINCIAL. EN EL AYUNTAMIENTO DE LA CAPITAL Y EN CASI LA TOTALIDAD DE LOS DE LA DIOCESIS. CACERES XIV –XI- MCMXXX”.

Para poder conocer los orígenes de esta suntuosa ermita, hemos de remontarnos a los primeros años del siglo XVII. Francisco Paniagua, natural de la población de Casas de Millán, trajo a Cáceres una imagen de la Virgen, asentándose en una casa en la Sierra de la Mosca, junto a la cual construyó una pequeña ermita donde venerar a la imagen de la Virgen, en esta ermita se colocó una lápida con la siguiente inscripción en una lápida:

“AQUI EMPLAZO SU PRIMITIVA CABAÑA EL BIENAVENTURADO HEREMITA FRANCISCO DE PANIAGUA, CUANDO VINO A CÁCERES A FUNDA EL CULTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MONTAÑA”. Y, en la puerta reza: “ESTE CUERPO HIZO DIOS DANDO FUERZA A PANIAGUA, DON SANCHO LE HA DADO EL ALMA DANDOLE SU GRACIA DIOS”.

Esta pequeña cabaña y oratorio que actualmente se denomina “la gruta”, se encuentra bajo el santuario. Fue construida por Francisco de Paniagua en el abrigo de unos peñascos en lo más elevado del monte es una obra de mampostería aprovechando el muro de la propia roca y cubierta con una bóveda de medio cañón realizada con ladrillos, y aún puede verse en los bajos del actual Santuario. Para acrecentar el culto a Nuestra Señora, Francisco de Paniagua buscó la ayuda del entonces vicario de Santa María don Sancho de Figueroa para la construcción de una primera capilla, que era bendecida el día 24 de marzo de 1626 por el Prelado de la Diócesis don Jerónimo Ruiz de Camargo (1622-1631). Esta primera ermita recibía el nombre de Nuestra Señora de Monserrate, tenía 6,5 metros. De longitud por 2,70 metros de ancho, cubierta con bóveda de cañón y una altura de 2,70 metros.

Pero este oratorio resultaba pequeño para coger a los numerosos fieles que diariamente se dirigían a rezar, de nuevo Francisco de Paniagua y don Sancho de Figueroa iniciaron los trámites para construir otra segunda capilla, con más amplitud para acoger a un mayor número de fieles, continúa a la cabecera de la primitiva; obras que se iniciaron el año 1630 y que seis años después, a la muerte de Francisco de Paniagua, aún no habían concluido.

En el año 1641 la capilla estaba finalizada, el coro y la sacristía. También comenzó a construirse la espadaña y la hospedería. El año 1641 1653 se hizo una caballeriza, un pozo y se remató el campanario. Se construye la cocina con su chimenea, y varios aposentos, uno de ellos sobre la primera capilla de Paniagua. Éstos estaban destinados al servicio del ermitaño, del visitador y había otros de uso común. Entre los años 1968 y 1969 se realizaron nuevas mejoras en los perdería, afectando a la vivienda del ermitaño y los accesos al santuario.

Entre los años 1716 y 1721 se llevarían a cabo los trabajos de construcción de otra ermita, la cual era un poco más del tramo que hoy ocupa el coro. Durante esta etapa constructiva se levantaría una cúpula sobre la capilla mayor coronada con linterna, así como la finalización de las obras del camarín. En el año 1760 se construye la capilla del Cristo para venerar la imagen de un Crucificado, y diez años después de terminar esta, se decide construir otra paralela, en el muro de la Epístola, bajo la vocación de Santa Ana.

Por tanto, a lo largo de los años fue acrecentándose el culto a la Virgen que presidía la ermita de la Sierra de la Mosca, y como consecuencia  en el año 1668 la Ciudad de Cáceres tiene a la Virgen de la Montaña como Patrona, aunque habría que esperar hasta el año 1906 para ser confirmada oficialmente como tal por el Papa Pío X, y el día 12 de octubre de 1924 fue coronada canónicamente la Virgen de la Montaña, en un multitudinario acto celebrado en la Plaza Mayor de Cáceres. Según reza en un rótulo en la entrada de la ermita, fue restaurada en el año 1941: “PARA GLORIA DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LA MONTAÑAY EN MEMORIA DEL FUNDADOR DE SU DEVOCION FRANCISCO DE PANIAGUA SE RESTAURARON ESTOS SANTOS LUGARES DEL PRIMITIVO CULTO DE NUESTRA EXCELSA PATRONA AÑO DE MCMXLI”.

Entre los años 2011 y 2012, concretamente durante nueve meses se llevó a cabo la rehabilitación más ambiciosa y completa de la historia del Santuario. A finales del año 2009 la cofradía, titular del Santuario, dio la voz de alarma: la humedad estaba deteriorando el camarín de la Virgen. En un primer momento, la hermandad sólo se planteaba impermeabilizar la cúpula y restaurar este espacio. Pero poco tiempo después el proyecto cogió impulso y se transformó en algo mucho más ambicioso. que incluía una actuación en todo el Santuario. La humedad también afectaba a la sala de mantos, la capilla central, el templete.

El retablo central, ha sido objeto de una operación de limpieza y restauración. Y los retablos laterales (el de Santa Ana y del Cristo de la Salud) también han mejorado su aspecto. Los suelos del templo y los de la galería lucen brillantes, tras su pulido. Las paredes están blancas. Y, para acceder al interior del Santuario, ya no hay que salvar el escalón de entrada. La eliminación de esta barrera arquitectónica ha obligado a cambiar la puerta de entrada habitual por otra más ancha.

Es un edificio de sillarejo, mampostería y ladrillo, de una nave, cabecera recta y camarín, dos capillas ambos lados del presbiterio. Tiene planta rectangular, con una nave de dos tramos que se cubren con bóveda de arista, mientras que las capillas restantes se cubren con cúpula sobre chinas. La capilla mayor es cuadrada, tiene camarín y dos capillas laterales que se cubren con cúpulas semiesféricas. A los pies se eleva al coro, sobre arco de medio punto y sotocoro cubierto con bóveda de aristas.

Todas las paredes están pintadas de blanco, mientras que la cornisa, bóvedas y el intradós de los arcos están decorados con dibujos mayormente relacionados con la vida de la Virgen en las bóvedas de la nave; la cúpula de la capilla mayor, cuadripartita, hace referencias con sus pinturas al misterio de la Trinidad y en las enjutas, medallones sobre cartelas reproduciendo a los cuatro Evangelistas y, en la capilla del Cristo de la Salud, en los medallones de las enjutas de la cúpula oval, los Cuatro Padres de la Iglesia. El camarín de la Virgen, al que se accede por medio de una escalera de caracol situada en la parte inferior del retablo, presenta decoración histórica tanto en las paredes como la cúpula con temas vegetales y escenas alusivas a la Virgen entre medallones: Anunciación, Visitación, Nacimiento, Ascensión y Coronación.

También en los parlamentos laterales de la nave del templo observamos episodios de la vida de María: Desposorios, Huida a Egipto, Circuncisión y María con el Niño Jesús, Pentecostés, Dormición de la Virgen y, en el centro, como clave, el tema de la Coronación por Cristo y Dios Padre.

La hornacina central, ocupada por la imagen de la Virgen de la Montaña. En la actualidad podemos contemplar en la ermita o actual Santuario dos imágenes que representan a la advocación de la Virgen de la Montaña, pero en Cáceres existe una tercera talla de esta misma advocación y cuyo origen también es del siglo XVII. Esta última, es conocida por un reducido grupo de cacereños. La imagen más antigua que bajo la advocación de Virgen de la Montaña es la que traía Francisco de Paniagua y se estableció en la Sierra de la Mosca, es una talla de 28 centímetros aproximadamente y que aún se conserva en el actual Santuario. No obstante, existe otra imagen de la Patrona de Cáceres que se encuentra depositada en el Convento de San Pablo, lugar donde ha permanecido al cuidado de aquellas religiosas, imagen realizada también en Sevilla por expreso deseo de don Sancho de Figueroa, en el año 1642; considerando que también se asienta sobre una peana idéntica a la que hoy tiene la Virgen de la Montaña que preside el retablo, y que fueron ambas costeadas por don Sancho de Figueroa en el mismo año.

Delante del altar mayor, en el suelo hay una lápida que rememora el enterramiento del fundador: “AQUÍ Yace FRANCISCO D PANIAGuA FUNDor D ESTE SANTUARIO R.I.P”. El día 1 de mayo del año 1784 se consideró importante extraer la urna con los restos de Francisco de Paniagua había permanecido bajo el coro. Los restos fueron trasladados ante las gradas del altar de la Virgen, tal y como había dispuesto en su testamento.

Fuente| RAMOS RUBIO, J.A., DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, O. “Ermitas y Oratorios de Cáceres”.

UTM: ETRS89 29N 727833/4371441

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