El Calerizo, es sin duda alguna, un elemento que ha supuesto de vital importancia en la vida cacereña ya desde muy antiguo con la presencia humana en estos lugares citados en tiempos muy alejados a nuestros días. El Calerizo constituye una concreción kárstica que rodea Cáceres por el Sur y cuya presencia facilitó la aparición de una primitiva población en torno a las cuevas allí formadas. Supuso, la seguridad de un abastecimiento de aguas en los secos veranos y sus consiguientes períodos de sequías que asolaron históricamente la zona y significó, además, el origen de una actividad artesanal que ha perdurado casi hasta la actualidad.
Una de estas cuevas es la conocida como “del Conejar” por una granja dedicada al cultivo de estos animales que estuvo situada en sus proximidades; pero que también se conoció con el nombre de “cueva del Oso”. Se trata ésta de un socavón kárstico, próximo a la Fuente del Rey, cuyos hallazgos revelan que acogió una población de época neolítica si descartamos que se trata de un escenario que, arqueológicamente se halla muy alterado como consecuencia de que a lo largo del tiempo se habían ejecutado diversas obras para captaciones de agua y los materiales se depositaron en el interior; es por tanto un yacimiento sin contexto arqueológico.
Pese a ello sabemos que en esta cavidad se han efectuado todo tipo de actividades llevadas a cabo por los cazadores-recolectores y productores de alimentos; y que además contiene una interesante fauna de diverso origen: marino, fluvial, cinegético y ganadero.
En cuanto a su estudio, las primeras campañas de excavación documentadas tuvieron lugar en torno a 1905 y fueron realizadas por I. del Pan. Se descubrieron diferentes instrumentos líticos así como restos óseos que se atribuyeron a una fauna pleistocena. Durante los años 80 investigadores de la Universidad de Extremadura realizaron diversas campañas de excavación arqueológica. Los resultados obtenidos apuntaban a la existencia de una importante ocupación que tuvo lugar durante el Neolítico y la Edad del Bronce. La cueva de El Conejar queda así definitivamente conocida como un yacimiento Holoceno y no Pleistoceno.
En el año 2000 el Equipo Primeros Pobladores de Extremadura realizó una prospección en la cavidad en el marco de las investigaciones que realiza en el Calerizo cacereño. Rápidamente apareció el carácter removido de los paquetes sedimentarios y la presencia de pequeñas terrazas y terraplenes realizados en ocasión de actividades no documentadas en las que fue posible establecer una secuencia estratigráfica, sacar materiales in situ como una industria lítica realizada en sílex, en cuarzo filoniano criptocristalino y en cuarcita, y junto a ello restos óseos de équidos, de cérvidos y se constató la presencia de restos de microfauna: roedores y reptiles de pequeño tamaño. Por su parte, también se recuperaron muestras para análisis paleoecológicos y radiométricos, y fragmentos de carbones y semillas carbonizadas que permitieron el estudio antracológico y la obtención de dataciones por C14.
No obstante, si obviamos la falta de contexto cultural, estas brechas en terrazas y terraplenes también aportaron datos muy importantes sobre el momento de ocupación, pero sobre todo del medio en el que se enmarcaba la cueva en su contexto original. Estas brechas parecían contener restos de semillas cuyo análisis ha permitido determinar un paisaje vegetal abierto, fruto de las actividades antrópicas (campos de cultivo, pastizales) circundantes. Regionalmente habría zonas de bosque con encinas, robles, alcornoques, pinos, etc., y monte bajo con coscoja, brezos, boj, etc., repartidos geobotánicamente según exigencias de las especies vegetales.
Los alrededores inmediatos del yacimiento estaban colonizados por plantas ruderal-nitrófilas y adventicias, con ejemplares típicos de las familias Poaceae (gramíneas silvestres), Asteraceae (cardos, margaritas, diente de león), Plantaginaceae (Plantago o llantenes), Chenopodiaceae (cenizos), Apiaceae (hinojo, apio, zanahoria, cicuta), etc. Aparte, de los restos carpológicos de cereales se ha detectado también la presencia de pólenes de cereales (Cerealia) y de probables leguminosas (Leguminosae). Este paisaje vegetal, típicamente mediterráneo, estaría condicionado por un clima templado con acusado déficit hídrico veraniego.
Todo ello parece indicarnos que cronológicamente esta cueva se ocupa a partir del periodo que conocemos como Epipaleolítico, un momento de transición entre los últimos grupos de cazadores-recolectores y las primeras sociedades productoras de alimentos. En la actualidad la cueva de El Conejar no es objeto de excavaciones arqueológicas y a día de hoy se halla en mitad de la Urbanización Vistahermosa de Cáceres integrada dentro de un parque; aunque no es visitable y se encuentra vallada.
Fuente
Cerrillo Cuenca, E. “La Cueva de El Conejar (Cáceres): avance al estudio de las primeras sociedades productoras en la penillanura cacereña”. Zephyrus, 52, 1999, pp. 107-128.
CANALS SALOMÓ, A. “El equipo de Investigación Primeros Pobladores de Extremadura. Intervenciones Arqueológicas en Cáceres, 2001-2006” en Arqueología Urbana de Cáceres. Cáceres, 2007, pp. 43-56.
Coordenada UTM: ETRS89 29N 726845/4370599