En algunas entradas de este blog ya hemos tratado el tema del chozo o bohío extremeño como ese elemento etnográfico tan típico de nuestro paisaje relacionado con el antiguo oficio del pastoreo y la trashumancia de los grandes rebaños ovinos que con frecuencia atravesaban nuestro territorio.
Aunque no todos son iguales, generalmente se trata de una edificación de planta circular o redondeada, paredes de piedra levantadas de acuerdo con la técnica de “piedra seca”, de poca altura y escasos vanos, cerradas en unos casos por una falsa cúpula y en otros por una cubierta vegetal o con una techumbre de tejas[1]; y cuyo origen parece ser muy antiguo, según Vitrubio[2] estas construcciones tienen su origen en “los albores de la humanidad” refiriéndose lógicamente a la prehistoria cuando los grupos de cazadores y recolectores se establecían temporalmente en territorios ricos en frutos y caza donde no siempre existían cuevas, cavernas o quebradas en las que se pudiese acomodar una morada. Por ello se vieron en la necesidad de construir cobijos[3]. Este pudo ser el origen del chozo que tras una larga evolución a lo largo de los tiempos desemboca en la edificación de la que hoy en día podemos disfrutar en el territorio extremeño.
Hecha esta pequeña introducción, nos vamos a referir al bohío, hoy en día totalmente restaurado para albergar el Centro de Interpretación de las vías pecuarias en Casar de Cáceres, denominado como el descansadero de La Retoña que actualmente sigue situado en su lugar original, el punto donde se separaba el camino romano de la Vía de la Plata y el Camino de Santiago, que siguen por la derecha, y la Cañada Real que seguiría de frente, hacia el actual pantano y Casa Pinotes (Centro de Interpretación de la Cultura Pastoril). Muy cerca esta el conocido como Pozo del Cordel con el agua necesaria para abrevar los ganados.
Estos denominados como “descansaderos” forman parte de las vías pecuarias y son similares a las majadas con la única diferencia de que estas no se hallan en las vías pecuarias; no obstante, ambos son construcciones relacionadas con el pastoreo trashumante. Estos descansaderos son lugares en los que el camino ganadero permite el refugio de los pastores e incluso la pernocta a cubierto si las condiciones meteorológicas son adversas. Junto al chozo o bohío se dispone un lugar para encerrar el ganado y poder vigilarlo mejor[4]. En el caso de La Retoña en Casar de Cáceres se trata de la Cañada Real Soriana Occidental, siendo esta una de las mas grandes cañadas de ganado en la geografía española.

[1] J.L. Martín Galindo, “Los chozos extremeños: referente histórico y recurso socio-cultural para el futuro”.
[2] VITRUBIO. La vivienda en Lusitania”, De Arquitectura, Lib. II; Cap. 1
[3] MARTÍN SOCAS, D. y CAMALICH MASIEU, M.ª. D.: La arquitectura doméstica del eneolítico en la zona meridional de la Península Ibérica. Homenaje al Profesor Martín Almagro Basch, I. Madrid, 1983.
[4] GONZÁLEZ CORDERO, Antonio: “Orígenes de la vivienda pastoril en Extremadura, la cabaña De la Edad del Cobre en el yacimiento de Cabrerizas (La Cumbre, Cáceres)”. Revista Piedras con raíces, núm. 13, Primavera-2006.