Todos hemos pasado alguna vez por la carretera que va desde Cáceres a Badajoz, y tan solo a unos pocos kilómetros de abandonar la capital cacereña esta majestuosa construcción sale a nuestro encuentro, surge sobre el campo de manera imponente, airoso, proclamando el señorío sobre aquellas tierras de la Familia que la levantó allá por el siglo XVI. No obstante, no siempre tuvo este aspecto, sino que es el resultado del conjunto de unas casas de campo adquiridas por los Saavedra, y de éstos, como resultado del matrimonio de Leonor de Saavedra con Juan de Sande Carvajal pasó a manos de los Carvajales; y de hecho un hijo de este matrimonio, Francisco Carvajal, decide llevar a cabo una gran reforma en torno a 1543 de las mencionadas casas de campo y le da el aspecto a la Quinta que hoy en día luce proclamando aún el Señorío de los Carvajales sobre el territorio circundante a través de los diversos escudos esgrafiados que luce en su fachada y en diversas partes de la construcción.
No obstante, la Quinta de la Enjarada no se llamó así hasta 1678 cuando se conforma el Condado de la Enjarada siendo creado este título nobiliario por el Rey Carlos II de España a favor de Juan de Carvajal y Perero, quien era el regidor de Cáceres y es el I Conde de la Enjarada. De ahí el nombre.
Fuere como fuere se trata de una imponente construcción que se alza sobre el paisaje de berruecos graníticos; construida a dos alturas con gruesos muros ejecutados de cantería de granito reforzados con contrafuertes. No obstante, resalta su estilo muy distinto a lo que normalmente estamos acostumbrados a ver por sus pórticos tanto en la parte superior como en la inferior. La planta de abajo presenta arcos escarzanos que se separan por los ya mencionados robustos contrafuertes que aguantan la estructura mientas que la parte superior se organiza en arcos de medio punto que se sostienen sobre columnas toscanas. Como no podía ser menos, el conjunto también estaba dotado de su correspondiente capilla, cuyo origen también lo encontramos en el siglo XV; es de planta cuadrangular ejecutada de mampostería y sillería, y que presenta una atractiva galería abierta en su fachada meridional, y que es perfectamente visible desde la misma carretera.
Es por tanto un lugar de inestimable importancia histórica y artística, muy famosa también por alojar a Felipe II hacia 1538 en su viaje de regreso para tomar posesión del Reino de Portugal; y que entre sus muros también se han rodado varias escenas de películas como la Conquista del Paraíso; ocasión para la cual se pintaron las caballerizas a modo de frescos con el objetivo de que diera la impresión de un monasterio franciscano, a día de hoy siguen ahí esos “frescos” muy deteriorados por el paso del tiempo y la humedad. Actualmente, la este conjunto siendo de propiedad privada, los Labayen, que siguen ligados al título que le dio nombre a la Quinta, pero no se halla en un estado óptimo de conservación, y desgraciadamente se va deteriorando a medida que pasa los años.
Fuente|
Periodico Extremadura: «Y en Plasencia los dineros»
RAMOS RUBIO, J.A., DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, O. “Ermitas y Oratorios de Cáceres”.
Coordenadas UTM: ETRS89 29N 722530/4367199