A pesar de no estar incluida dentro de ninguna de nuestras rutas hemos querido escribir esta entrada como una pequeña celebración de aniversario pues tal día como hoy, 1 de septiembre de 2017 participé en la campaña de excavaciones que tuvo lugar en esta cavidad cacereña, la cueva de Ana, de la mano del equipo de Primeros Pobladores de Extremadura, quienes desde el año 2001 intervienen en las principales cavidades del Calerizo de Cáceres donde se inscribe Santa Ana junto a Maltravieso y Conejar con el fin de contextualizar la presencia de comunidades humanas durante el Pleistoceno. Los resultados obtenidos en los últimos años han documentado una ocupación diacrónica del Calerizo desde al menos el Pleistoceno Medio hasta la actualidad. En este recorrido, los yacimientos en cueva aportan hitos fundamentales para el reconocimiento de las etapas de esta ocupación durante la Prehistoria así como los elementos contextuales necesarios para la reconstrucción paleo-eco-social.
Como hemos dicho esta cueva no puede ser visitada como hemos hecho con las otras (Maltravieso y Conejar) ya que se encuentra Campamento Militar CIMOV Nº 1, situado a unos 12 Km de la ciudad de Cáceres en la actual carretera de Mérida, CN-630. Las intervenciones arqueológicas de EPPEX (Equipo de Primeros Pobladores de Extremadura) en esta cavidad empiezan el año 2000, momento en el que se realiza la primera visita y se toman muestras de los espeleotemas superiores que sellan los sedimentos. Con anterioridad, se realizaron sondeos (catas) arqueológicos no documentados (ya que no hay rastro administrativo de los mismos) especialmente en el interior de la cueva y en los rellenos holocenos de estratigrafía invertida (estos sedimentos proceden de la ladera superior a la cavidad y arrastran materiales de varias épocas, siendo los romanos los más abundantes). Las dataciones fueron realizadas por el método del Uranio-Torio. Se obtuvo una edad de 130.000+/-8.000 B.P, final del estadio isotópico 6. Esto sitúa los niveles por debajo del espeleotema datado en el Pleistoceno Medio.
Según el catálogo de cuevas de Extremadura, la cueva de Santa Ana figura como una cavidad con presencia de arte rupestre del tipo grabados. Ante este hecho, se hicieron las exploraciones oportunas para situarlos y poder evaluar el impacto de la actividad arqueológica en su interior. Después de su estudio, se concluyó que los elementos considerados como grabados no eran otra cosa que zarpazos de zorro, dejando a la cueva de Santa Ana fuera del corpus de cavidades extremeñas con arte rupestre.
En los años sucesivos se lleva a cabo el programa de intervención arqueológica por parte de EPPEX, programa que perdura en la actualidad y cuyo objetivo principal es caracterizar, documentar y cuantificar los elementos estructurales del relleno sedimentario de la cavidad, paso previo a la excavación arqueológica. Para ello se practicó un sondeo estratigráfico en la zona de la entrada y en la zona interior, hoy conectados por una trinchera con el objetivo de relacionar los procesos sedimentarios de las formaciones del exterior y la entrada, con los del interior.
Los trabajos arqueológicos en sí se iniciaron en septiembre de 2001. En este año se realizó un sondeo estratigráfico en la entrada de la cavidad de aproximadamente 2 x 2 metros y de una profundidad de 8 metros, aunque no se llegó a la base de la cavidad. El objetivo de este sondeo era doble. Por un lado, conocer la potencia sedimentaria, la secuencia estratigráfica y la posible presencia de otros espeleotemas donde poder efectuar dataciones radiométricas y, por otro, constatar el uso de la cavidad por homínidos durante el Pleistoceno.
Los resultados geológicos permitieron establecer una secuencia estratigráfica en la que quedaban integrados tanto la datación radiométrica obtenida en el espeleotema de cierre del depósito, como las industrias del Modo 1, 2 y 3 encontradas durante los trabajos arqueológicos.
En el año 2002 se realizó un nuevo sondeo en el interior de la cueva, situado en una zona próxima y por debajo del espeleotema datado, con el objetivo de verificar la evolución del relleno hacia el interior de la cavidad. Durante esta campaña se llevó a cabo la recogida de diferentes materiales arqueológicos aparecidos en contexto estratigráfico. Dichos materiales se componían principalmente de elementos óseos (fauna pleistocénica) y líticos (varios bifaces en cuarcita y uno en cuarzo).
Los trabajos realizados en las dos campañas ya mencionadas dieron lugar a la creación de una serie de hipótesis sobre un relleno sedimentario que revelaba una gran complejidad en cuanto a la correlación y evolución geológica de los depósitos.
Durante la campaña de excavaciones realizada en septiembre de 2003 se intervino en una nueva zona localizada en el exterior de la cavidad actual con el fin de llevar a cabo los preparativos de una futura campaña de excavación en extensión. Esta zona corresponde a la antigua entrada de la cavidad, hoy desaparecida por la caída de la cornisa.
Al mismo tiempo se realizaron una serie de trabajos de limpieza de los perfiles estratigráficos del sondeo efectuado en la campaña de 2001. La rectificación del corte puso en evidencia la existencia, en la unidad inferior, de industria lítica típica del Modo 1 o Olduvayense con unas características morfotécnicas muy similares a las mostradas por los artefactos hallados en el nivel 6 de la Gran Dolina de la Sierra de Atapuerca o a los encontrados en yacimientos del norte de África, con dataciones por encima de los 800.000 años.
Este dato, unido a los ya conocidos, completaba la secuencia estratigráfica, teniendo en cuenta la evolución de los modos técnicos. De forma preliminar se identifican, diacrónicamente, el Modo técnico 1 o Olduvayense en la unidad 1, el Modo técnico 2 o Achelense en la unidad 2 y 3 y probablemente el Modo técnico 3 o Musteriense en la unidad 4. La presencia de los tres modos técnicos es un hecho inusual en yacimientos pleistocenos y, por esta razón, la cueva de Santa Ana presenta especial interés. Además, el Modo técnico 1, principalmente por encontrarse en posición estratigráfica y a la espera de dataciones que indiquen su edad, da esa idea de una presencia muy antigua de homínidos en Europa y en la Península Ibérica.
Fuente| CANALS SALOMÓ, A. “El equipo de Investigación Primeros Pobladores de Extremadura. Intervenciones Arqueológicas en Cáceres, 2001-2006” en Arqueología Urbana de Cáceres. Cáceres, 2007